Consolas retro como una NES o un GameBoy nos recuerdan las interminables horas invertidas en juegos que nos mantenían con los ojos pegados a la pantalla, venciendo enemigos y obteniendo victorias que justificaban el tiempo empleado para lograr triunfar en nuestras propias batallas. Pero no sólo era el juego en sí lo que nos motivaba, era la música detrás la que nos atraía y nos adentraba a los distintos mundos y personajes que mantenían nuestra atención enfocada en continuar nuestra aventura. La música siempre ha sido un tema fundamental dentro de los videojuegos, para nadie pasa como un tema desapercibido, por algo han existido tantas bandas que se dedican a crear canciones y conciertos completos basados en videojuegos famosos.
Para quienes quizás no lo saben, existe una sección dentro de la rama de la música electrónica, llamada Chiptune y existen muchos exponentes que se dedican a enriquecer cada vez más este estilo, el cual se basa, en pocas palabras, en crear música utilizando los chips de sonido de consolas de 8 bits, tales como las tan conocidas y utilizadas NES y GameBoy. Para todos quienes hemos jugado al menos en alguna ocasión con alguna de estas consolas, sabemos que sus melodías eran muy particulares. Sonidos algo chillones, alegres y con timbres que podemos asociar de inmediato con recuerdos que quedaron sellados en nuestra memoria. Quizás por ese motivo es que Anamanaguchi decidió enfocarse en este tipo de música.
Cuatro integrantes provenientes de Nueva York quisieron comenzar a innovar dentro del Chiptune, pero manteniendo las raíces que lo caracterizan. Ellos, al igual que otras bandas, utilizan chips de sonido de distintas videoconsolas para realizar canciones, pero también quisieron incorporar guitarras eléctricas, bajos y baterías para formar una mezcla entre lo convencional y lo actual, lo retro y lo moderno. Esa combinación de sonidos es la que da como resultado canciones alegres que nos recuerda sensaciones pérdidas de nuestra infancia. Anamanaguchi ha logrado abrirse camino entre lo antiguo y lo moderno, de tal forma que incluso junto con Ubisoft decidieron crear la BSO del juego Scott Pilgrim vs. The World: The Game. Además de ser parte de varias colaboraciones con otras agrupaciones del mismo género.
Esta banda nos entrega una nueva perspectiva de lo que se puede llegar a concebir de la fusión entre dos mundos que siempre han logrado complementarse de tantas formas distintas, y que nunca deja de llamarnos la atención.