La vida se resuelve con actos violentos. Y no me digan que no. Lamentablemente en este plano de la existencia las cosas se resuelven con violencia. De hecho la violencia ha estado (y estará) siempre en la historia humana. Solo miren alrededor los, y estos abarcan desde una mosca que esta siendo comida por una araña, hasta niños en el Kinder Garden jugando a los vaqueros, por ponerles ejemplos dispares. Nunca he sido un hombre violento, pero no niego que me divierto viendo y presenciando violencia y mas que nada me gusta ver violencia en una pantalla o un monitor.
Pero tampoco soy un imbecil y no repito la violencia que veo en mi vida diaria ni la aplico con conocidos. No, mamá no crió a ningún idiota (les aseguro, que lo que queda de articulo, no se repetira la palabra “violencia”).
Recuerdo que la primera vez que vi el Captain Commando, por allá por el 1991, en un salón de arcade, fue como ver una obra de arte. Era yo viendo la Mona Lisa. Básicamente era ver a 4 personajes de lo mas extraños (vamos, había una guagua y un ninja en un entorno futurista) agarrándose a mamporros con quien se les cruzara. Era violento en esa epoca. Era hermoso. Si bien el juego de Capcom no había inventado el genero, si lo había llevado un “poco” al extremo (y digo un “poco” por que faltaba mucho por recorrer).
Dos años antes (1989) la misma Capcom había sacado Final Fight, un beat’em up en donde Mike Haggar, acompañado de 2 compinches (Cody y Guy), salían a las calles a golpear criminales para rescatar a la hija del mismo Haggar. Éxito instantáneo. Si bien antes había salido la primera parte de la saga Double Dragon (que según yo, tiene una de las mejores intros para el género), el juego de Capcom sembró una semilla que la compañía japonesa supo aprovechar al máximo. Es que la mayoría de los beat’em up de Capcom están en el salón de la fama en nuestras mentes, por esa jugabilidad, pero mas que nada, esa violencia de la cual hacían gala.
Así, conforme pasaban los años, Capcom sacaba algún juego que era obligación gastarse alguna moneda por que sencillamente el genero de los beat’em up estaba de moda y Capcom lo estaba reinventando. Así salieron a la calle Knights of the Round (donde se jugaba con el mito del rey Arturo), Warriors of Fate (basado en un manga de las historia de la China medieval y del cual hablare mas adelante) y el gran Cadillacs and Dinosaurs (basado en los comics de Mark Schultz).
Knights of the Round, El rey Arturo toma las armas
Sigo insistiendo, la base del genero de los beat’em up es muy sencilla. Se va desde un punto A hasta un punto B, y no se deja que nadie te detenga. Esa simplicidad hace genial al género en si. Juegos como The Punisher hacían un disfrute el poder azotar a un criminal contra el suelo. Todavía me acuerdo la cantidad de agarres especiales que tenia Frank Castle y el como ejecutarlos. Era arte. Pegarle tres rodillazos a un tipo y luego dispararle con una Beretta era impagable. En esa época era casi una obligación de los beat’em up ser de mas de 2 jugadores, y es que jugar cooperativamente con tu amigo era una experiencia enriquecedora. Pero The Punisher abogó por la mecánica de 2 jugadores y no le impidió alcanzar el éxito, lo cual demuestra que quizás el multiplayer masivo no es garantía de diversión (ojo aquí Blizzard).
The Punisher, ¡Aquí viene el dolor!
Conforme el tiempo avanzaba los juegos se hacían más largos y difíciles. ¿Quizás cuanto dinero me gaste en el Cadillacs and Dinosaurs?, pero no me arrepiento de nada. Debo confesar que en esa época tenia mas o menos 10 años y estaba cebado con los dinosaurios (¿y quien no?) y Cadillacs me parecía una genialidad. Nadie se le había ocurrido hacer un juego donde apareciesen dinosaurios hasta la fecha o por lo menos no de esa forma. Siempre me impresiono que el primer jefe golpeara al raptor para que me atacara o el jefe de la segunda fase (Butcher) que salía fileteando a un estegosaurio (si, todavía me acuerdo de los nombres) con machete en mano. Esos detalles ultraviolentos me hacían volver y volver a la maquina para gastarme la poca plata que tenia.
Cadillacs and Dinosaurs, la mejor forma de amaestrar animales
Jugar Captain Commando, The Punisher o Cadillacs and Dinosaurs era obligación en los noventas y estos solo competían con los beat’em up de Konami, pero de repente Capcom suelta el bombazo. La compañía ya había estrenado su nueva placa arcade con el Super Streer Fighter II, la CPS-II (recordemos que los juegos anteriormente mencionados corrían en la placa CPS-I) y era hora de estrenar un nuevo beat’em up que corriera bajo este nuevo hardware.



Dungeons & Dragons – Tower of Doom y Powered Gear, los dos pilares base del Nuevo beat’em up
Dungeons & Dragons – Tower of Doom quizás no era tan adictivo como los anteriores juegos Capcom, pero eso no lo hacia malo bajo ningún prisma. Basado en el juego de rol de TSR (ya se habrán dado cuenta que Capcom se hacia con buenas licencias), quizás pecaba de monótono pero tenia un “no se que” que me hacia volver a jugarlo. Pero no estaba todo dicho. Capcom arremete con Dungeons & Dragons – Shadow Over Mystara, el mejor beat’em up jamás concebido. Era complicadísimo, era dificilísimo, pero eso lo hacia un juegazo en su tiempo. Tenía una cantidad de pasajes secretos, una cantidad de armas a elección y una cantidad de enemigos que lo hacían rozar en lo enfermizo. Además de poseer lo jefes mas difíciles de todos lo tiempos (maldito Dragon Rojo).
Dungeons & Dragons – Shadow Over Mystara, la perfección
El genero fue decayendo y cada vez salían menos beat’em up, todo esto acentuado por el hecho de que la mala distribución de los mismo no hacían verlos en la época que fueron sacados si no muchos años después. De hecho este detalle ya me había hecho pasar por alto varia joyas que nunca llegaron por estos lares. El ya mencionado Warriors of Fate, en donde se presentaban 4 guerreros en la china medieval y que estoy seguro que hubiera sido otro de los cuales me habría enviciado en algún salón arcade debido a su exacerbada violencia, nunca lo vi en maquina. Solo gracias a la emulación lo conocí (gracias al ya extinto Callus). Otros de los que nunca salio de Japón fue el Battle Circuit y que yo considero directamente como la secuela de Captain Commando debido a su ambientación y estilo de juego. Tenia la misma estructura que el juego que hacia siete años había visto y me había hecho gozar con la violencia.
Warriors of Fate y Battle Circuit, dos joyas perdidas
Como ya habrán intuido nunca fue mi intención analizar ni la violencia en los videojuegos, ni el genero de los beat’em up, solo estoy dando a conocer mi perspectiva de las cosas. Además me estoy dando cuenta que los juegos cada vez se alejan de la simpleza que gozaban antes. Quizás me estoy haciendo viejo o el tiempo avanza muy rápido. Los juegos se hacen mas violentos, pero esa violencia raya en lo real y no es presentada de la forma en que la hacían antes los beat’em up. Por lo menos pude expresar lo que opinaba y divertirme en el proceso y gracias a dios que todavía existe gente que esta tratando de revivir el genero (Capcom con su God Hand de play2 o la gente de Beast of Rage y su engine beat’em up) por que si no, quizás no estaría siquiera interesado en escribir algo y publicarlo en internet. Ahora les pido que recomienden los beat’em up menos conocidos y que les hallan hecho pasar un buen rato, para que así, el vicio, y la violencia, continúen.
1 comentario
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