Hablar del comic nacional no se reduce a “Diablo”, “Rayen” o “Zombies en la Moneda”. Antes de eso (mucho antes) habían ya héroes en papel que nos hacían disfrutar: “Condorito”, “Pepe Antártico”, “Barrabases” y por supuesto Mampato. El niño con el cinto espacio-temporal seguía líneas trazadas por héroes pulp como “Flash Gordon” o “John Carter of Mars”. Esta es su historia.
En 1968, Eduardo Armstrong tenía pensado editar una revista o mejor dicho “historieta” protagonizada por un niño chileno. Necesitaba alguien que la dibujara, y el elegido fue Themo Lobos (Themístocles Lobos), pero este no podía acceder por tener otros compromisos. Así, otro artista se hizo cargo del personaje: Oscar Vega (Oskar, ilustrador recurrente de la revista Icarito) que alcanzo a dibujar 12 paginas de la revista antes de que Lobos volviera a donde debía estar.
La concepción de Mampato (nombre que viene de la región Chilota, donde a los caballos del tipo Pony) fue, según Vega, la unión entre Asterix y Daniel el Travieso. “Hice una especie de experimento genético entre estos dos protagonistas y resultó Mampato” explica, “Empezamos a juntarnos con Eduardo (Armstrong) en su taller, en Providencia con Los Leones. Y comencé a desarrollar un personaje para niños, con dificultad, porque mi dibujo era muy serio”.
Mampato sale publicado en 1968, con una historia donde el protagonista ayudaba a un extraterrestre en desgracia: Xse. Este, en agradecimiento, le obsequia el “cinto espacio-temporal, que seria la base de todas las aventuras del personaje.
Para su segunda historia, Mampato viaja al pasado (probablemente, esta decisión sea la mas acertada, dado los conocimientos de Historia de Themo Lobos) y conoce a Ogu, un cavernícola mas inteligente de lo normal. Ogu ocupa un método muy primitivo de hablar, tiene mucha fuerza y siempre tiene apetito. La particular manera de hablar de Ogú se representa en forma escrita porque no respeta la ortografía del castellano. Además tiene un carácter muy tranquilo e inocente, pero se vuelve una fiera terrible cuando alguno de sus amigos o seres queridos es atacado por alguien. Quizás sea el mejor personaje de la historieta, o por lo menos el más amado por los fans. Además, Ogu es polígamo y esta casado con Tinalin (con la cual tiene 2 hijos: Agu y Guigua) y Kuka.
Rena, por otra parte, es del futuro, del siglo XL. Tiene 9 años y vive en las ruinas de la cuidad de New York. Es telépata de la tribu de los mutantes “peliblancos”, que la intentan sacrificar cuando descubren que ella posee facultades paranormales, situación de la que es rescatada por Mampato en el Libro “Rena en el Siglo XL”. Mampato tiene varias aventuras con ella en el futuro, a las cuales también ha llevado a Ogú. Mampato se ha sentido atraído hacia ella desde que la vio por primera vez, pero nunca a atinado a decirle lo que piensa.
Así estos tres se embarcan en numerosas aventuras, que van desde la época jurásica hasta el distante futuro. Mampato no se ha reducido a temáticas nacionales, si no mas bien, salta al mundo con ánimos de conocer mas de el, mal que mal, es un niño y es curioso en ese aspecto. Sea paseando por el congo, revisando el mito del Rey Arturo, o cruzando los Andes, paseando por Isla de Pascua y visitando el mismo Olimpo, Mampato es el mejor comic nacional.
Las aventuras de Mampato son un reflejo del infante curioso que tenemos dentro, dejándose llevar por su curiosidad visitamos lugares que en algún momento de nuestras vidas quisimos ver.
Sus aventuras han sido publicadas de varias formas: la mencionada revista Mampato, Cucalon, Ogu, etc han mantenido viva la llama de lo que quizás, el primer héroe de historieta pulp de Chile que he trascendido el tiempo.
Me da una pena tremenda, pensar que este personaje se pierda entre las líneas del tiempo, donde quizás nunca salga. Quizás sea tiempo de ver a Mampato nuevamente, como lo vimos por una vez en el cine, pero esta vez en la televisión (imagínense un serie de Mampato a lo Jhonny Quest, por ejemplo). O quizás de vuelta al papel, donde pertenece. Quizás, quizás, quizás…
1 comentario
Excelente artículo! 🙂