Marte ha sido, sin lugar a dudas, uno de los lugares más recurrentes en la ciencia ficción. Curiosamente, el hombre siente particular atracción por el vecino planeta rojo, y por sus habitantes, que van de seres cabezones hasta invasores sin rostro montados en trípodes gigantes. Una de las culpables de este recurrente cliché es la novela de Edgar Rice Burroughs, la princesa de marte, ahora convertida en película gracias a los estudios Disney.
John Carter es un soldado de la guerra confederada norteamericana por finales del 1880, y que es transportado a l planeta Marte, sumido en una guerra entre dos fuerzas humanoides. Curiosa forma de comenzar una cinta de ciencia ficción.
Carter se ve en medio de planeta diverso, cuyos habitantes son de 12 pies de altura y verdes. Barsoom (Marte en el idioma local), que anteriormente era muy parecido a la Tierra, empezó a ser menos hospitalario para la vida debido a su avanzada edad: a medida que los océanos se evaporaban, y el ambiente se enrarecía, las especies comenzaron a luchar entre sí para sobrevivir.
A lo largo de su viaje, John conoce a Tars Tarkas y rescata a la princesa de Marte, Dejah Thoris, de la beligerancia de cuatro brazos marcianos verdes, cuyo respeto se gana por su resistencia y capacidad de lucha. Carter, gracias a la diferencia de gravedad y densidad entre la tierra y Marte, gana fuerza y resistencia, capaces de competir con las de Superman.
Jhon Carter, la película, está llena de situaciones, clichés y diseños que ya se han visto antes. ¿Por qué? Pues porque el personaje nació de la mente de de Edgar Rice Burroughs en 1911. Más concretamente en el libro Una princesa de Marte, la primera novela de la serie marciana que sentó las bases de la ciencia ficción moderna.
La película está dirigida por Andrew Stanton, director de películas como Buscando a Nemo o Wall-E, suficiente curriculum para darle un voto de confianza. Y es que al ser una de la obras pilares de la ciencia ficción, John Carter se puede ver de dos formas: o se empieza a recordar sus escenas como las pertenecientes a otras películas, o simplemente se deja eso detrás de la puerta del la sala de cine y se disfruta una película de acción y aventura. Y es aquí donde John Carter gana bastante. Stanton sabe darle un ambiente épico y dinámico a pesar de tener una trama muy convencional. Ademas, me reservo ciertas sorpresas relacionadas con el mismo Edgar Rice Burrough y que dan mas solvencia a la trama hacia el final.
John Carter es entretenida y ágil, con momentos de humor y batallas épicas de gran factura. Y a pesar de no ser tan apegada a la obra de Burrough (por ejemplo no hay desnudos) tenga por seguro que van a pasar un buen rato. Burroughs dijo una vez: viajar a través del espacio es terriblemente aburrido. Al menos aquí se equivoca.