A Hollywood le encantan los remakes. A mí no. Los odio. No solo por ser inferiores al original si no por que demuestran la falta de imaginación que está proliferando. Si hasta Gus van Sant ha caído estrepitosamente haciendo el estúpido remake de Psicosis. Pero no todos son malos. Hay unos que destacan y tratan de abocarse en superar y no copiar al original. Como soy genial y generoso, les dejo los mejores remakes Hollywoodenses que deberían ver.
“The Magnificent Seven” (1960)
Es un remake de la película de Akira Kurosawa que protagonizo Toshiro Mifune llamada “Los Siete Samuráis” en 1954. En la versión original (ambientada en el Japón feudal), un grupo de campesinos son asediados por ladrones que le roban lo que han ganado con el sudor de su frente. Cansados, deciden contratar samuráis para que los protejan. En el remake la acción se traslada al viejo oeste, donde una banda de cuatreros comandados por Calvera se las dan de dueños de un pueblo cerca de la frontera mexicana. La gente del pueblo no pueden pagar armas para defenderse, así que ponen un aviso que con el poco dinero que disponen pagaran a el que termine con la banda de Calvera. Solo siete personas acuden a la misión.
¿La gracia de este remake?. El cambio de tiempo y lugar es muy acertado. El Japón feudal era como el viejo oeste en algunos aspectos, pero en la época que se filmó esto era difícil de ver. Otra cosa es el grupo de protagonista, comandados por Yul Brynner, Steve McQueen y Charles Bronson. Y lo más destacado es la música compuesta por Elmer Bernstein, que le valió una nominación al Oscar, en la época en que importaban.
“The Thing” (1982)
John Carpenter crea un remake como solo él puede. En el original (llamada “The Thing From Another World” del 51), un grupo de exploradores en el polo norte, ven como se desintegra un platillo volador al entrar a la atmosfera. En los restos encuentran un espécimen congelado, que puede adoptar forma humana. Empieza a matar a todos, y su capacidad de cambiar de forma hace que la desconfianza se apodere del grupo.
En el remake todo esto se mantiene y tienen pocas diferencias. ¿Entonces que la hace tan especial? Pues el factor Carpenter. Ocupando a su actor fetiche, Kurt Russell, y creando criaturas deformes (con esos efectos especial a base de maquetas y animatronics) crea una película de género como pocas veces se ha visto. Esta al mismo nivel que la primera Alien, por ejemplo.
“The Fly” (1986)
Un científico desarrolla una forma de tele trasportación. Al probar el aparato con el mismo, una mosca se introduce en la máquina y da como resultado una horrenda mutación. En el original, el científico cambia su cabeza por la de una mosca y la mosca cambia la suya por la del científico. Seguramente les debe dar risa imaginarse esto y se deben estar acordando de aquel capítulo de los Simpsons.
En el remake dirigido por David Cronenberg, el científico, de manera gradual, se trasforma en una mosca de 85 kilos. Las horribles secuencias de tele transportaciones fallidas, el como el científico ve su humanidad perderse mientras pierde distintos de sus apéndices, que como mosca no necesitara y su intento por aceptar en que se está convirtiendo la hacen una genialidad. Parte de esto es por el increíble talento de Cronenberg de generar terror quirúrgico y el acertado casting, eligiendo a Jeff Goldblum y Gena Davis. Además, ambas películas comparten un final tristísimo.
“Scarface” (1983)
Si, Scarface es un remake. La original Scarface del 32 planteaba a un matón de origen italiano que tenía mucha ambición y pocos escrúpulos. Tiene un platónico amor hacia su hermana, de manera que la sobreprotege y puede que tenga deseos sexuales hacia ella. La película es violentísima, aun para la época, y por un malentendido, el protagonista se ve acorralado en su mansión por la policía. El remake es calcado al original en algunos aspectos. Ambos protagonistas son extranjeros (italiano y cubano) y suben por su propia mano hacia las nubes del crimen organizado.
La gracia del remake parte desde su concepción. El guion está escrito por Oliver Stone, que tiene un gran talento a la hora de escribir guiones (vean su versión de Conan, por ejemplo). El director es Brian de Palma, unos de los pocos que maneja el suspenso muy a la Hitchcock y no queda como un tonto. Los actores son de primera línea, comandados por Al Pacino con acento caribeño y muy malas pulgas. Pero quizás a mi juicio, lo más importante fue la acertada puesta en escena, donde los setentas son protagonistas, gracias a las discos, clubes nocturnos, los autos y el estilo de vida.