Mi nombre es Cora Álvarez y soy de Galicia, Estado Español.
Recuerdo que fue sobre los 15 años cuando empecé a probar con una cámara digital. Supongo que parte del aburrimiento hizo que cogiese la cámara, el caso es que me empezó a gustar y mucho. Estuve unos años practicando hasta que mi padre me regaló su Canon 400D pero entonces ya estaba más metida en el mundo de la fotografía y de Flickr. Conociendo diferentes tipos de artistas me llamaba la atención la fotografía analógica pues me recordaba a cuando era pequeña y hacía fotos con una Nikon AF 240 SV que aún conservo con mucho cariño.
El caso es que mi padre me dejó su Canon AT-1 y en cuanto acabé el primer carrete no volví a soltar esa cámara. Sin duda es mi favorita y la que me ha acompañado desde el primer día. Comencé a comprarme más analógicas y ahora tengo unas 14, entre ellas una Diana Mini, una Holga, unas Konica, una Minolta, una Actionsampler… Y las desechables que me encantan.
El retrato es lo que más me gusta, las figuras solitarias, la ternura, lo desconocido y la luz. Aprender sobre la luz, cómo afecta y cómo funciona me ha ayudado a mejorar muchísimo. Cuando tengo una analógica en mis manos pienso más las cosas, me fijo en el entorno, veo la atmósfera. Cuando usaba las digitales eso era prescindible porque podía probar una y otra vez sacando fotos al azar a ver cuándo conseguía la luz adecuada, ahora no.
Lo que me aporta la fotografía son descansos del mundo, momentos en los que puedo alejarme un poco de la realidad y construír una propia, donde yo elijo el cómo cuándo, dónde y con quién. Puedo elegir mi punto de vista, soy libre de capturar lo que quiero y a mi manera. La fotografía me permite esa libertad que tanto ansiamos y que por medio de este arte he conseguido.
Ahora tengo 20 años y creo que acabo de comenzar, aún queda mucho recorrido por hacer
