Si hay alguien del cual me gusta escribir, ese seria Alejandro Jodorowsky. No es nada fetiche ni soy parte de su religión de psicomagia, solo es que el tipo es tan creativo y ha conocido tanta gente, que tiene una cantidad de historias, gags y tallas para contar de lo más variopintas. Además de ser un afamado escritor y director, parece tener la capacidad de hacerse con proyectos muy interesante. Hoy les Hablare de la no- película del psicomago chileno: Dune.
¿Qué es Dune? Pues es un libro escrito por Frank Herbert en 1965. Dune es un relato de ciencia ficción, donde el universo ha tomado la forma de un gran imperio galáctico de estructura feudal. El Imperio se divide en casas que son controlados por familias nobles, conocidas como Las Grandes Casas (Atreides, Harkonnen y Corrino), que se agrupan en un gran consejo, llamado Landsraad, y rinden tributo al Emperador Padishah Shaddam IV, de la Casa Corrino. La clave para el comercio y la estabilidad del imperio se halla en el viaje espacial, monopolio de la Cofradía Espacial, cuyos “Navegantes” son humanos mutados que usan la especia para ejercitar sus poderes de “presciencia”. De ese modo pueden trazar un rumbo seguro, para así poder plegar el espacio y viajar instantáneamente a cualquier parte de la Galaxia. La especia, además de poseer atributos que hacen a sus consumidores poderes psíquicos (o la llamada preciencia), es la clave de todos los planes para el control del Imperio y se encuentra sólo en un planeta desierto, un ecosistema hostil para casi toda forma de vida, Arrakis, también conocido como Dune. De este modo, las diferentes casas deben hacerse con el control del planeta, pues quien controla la especia, controla en universo.
Dune fue una revolución en la ciencia ficción, introduciendo elementos religiosos, económicos y ecológicos; además del éxito alcanzado, y una segura nominación para ser adaptada a diferentes medios. Hollywood ya tenía la mira en Dune por finales de los sesentas, siendo productor el mítico Arthur P. Jacobs, nombre que si meten al google, saldrá asociado a la saga del Planeta de los Simios. De director se sabía que sería David Lean, el mismo de Doctor Zhivago. Lamentablemente, Jacobs murió en 1973 sin poder comenzar con el proyecto, que ya no se veía atractivo para las casas cinematográficas norteamericanas.
Herbert necesitaba dinero urgente para poder pagar los tratamientos contra el cáncer que padecía su esposa Beverly, por lo que no dudo en aceptar la oferta de un consorcio francés que se había ofrecido para adaptar Dune a la gran pantalla en 1973. ¿El elegido para dirigir este proyecto? Pues Alejandro Jodorowsky.
Lo primero era adaptar la novela. Jodorowsky no hizo mayores cambios respecto al original, salvo que el guion original era enorme: se calcula que debían ser 14 horas de filmación. ¡Una película de 14 horas!. Al parecer, la idea de los productores era estrenar una película de 3 horas y luego venderla como miniserie de 14, algo bastante acertado a mí parecer. Herbert leyó el guion y le pareció correcto, a pesar de que se habían hecho cambios, estos eran menores.
Con el guion aprobado, Jodorowsky debía concebir como seria la visual de la película. Para esto contrato a H.R Giger (Alien) el cual diseñaría los gusanos y el palacio del Barón Harkonnen. Chris Foss (que también había trabajado en Superman) se encargaría de hacer las naves espaciales. Jodorowsky le dio como directrices a Foss que las naves no fueran remotamente parecidas a las de Hollywood, que gracias a la influencia de la NASA, parecían refrigeradores voladores. Quería naves casi orgánicas, artísticas y vivas, casi como peces.
Moebius, artista francés, se encargaría de diseñar los trajes, personajes, vestuarios. Durante cinco años de pre-producción Moebius realizó más de 3000 dibujos y bocetos para la película.
La banda sonora estaría compuesta de canciones que interpretaría principalmente la banda Pink Floyd, junto con Mick Jagger, el grupo progresivo francés Magma, la banda británica de rock Henry Cow y el alemán Karl Stockhausen experto en música electrónica. Sería el mejor OST jamás concebido.
El casting estaría a la altura. Orson Welles haría del Barón Harkonnen. Welles estaba amargado, obeso y exiliado en Francia, porque no conseguía inversores para su próximo proyecto. Sentía que Hollywood era solo una máquina de hacer dinero. Jodorowsky encontró a Welles en un restaurant de Paris, tras una investigación para saber en qué lugar comía. Le ofreció una botella de coñac (el favorito de Welles) y le ofreció ser parte del proyecto, el cual Welles rechazo. Jodorowsky no se rindió y ofreció a Welles algo más interesante: si aceptaba, no solo lo contrataría a el, si no al chef del restaurant, asi tendría la comida que tanto le gusta. Welles acepto.
Para representar al Emperador, Jodoroswky tendría a Salvador Dalí. En una cena en París, Dalí estaba con una docena de personas y con Jodorowsky y entonces en un punto de la velada le preguntó al chileno “Cuando Picasso y yo éramos jóvenes e íbamos a la playa, siempre al pisar la arena encontrábamos un reloj, ¿usted ha encontrado alguna vez en la playa un reloj?”. Jodorowsky debía de responder rápida y hábilmente. “¡No he encontrado ningún reloj pero he perdido muchos!” respondió. Salvador Dalí se quedó estupefacto ante ingeniosa respuesta. Entonces aceptó trabajar como actor en el film a cambio de 100.000 dólares la hora. Quería ser el actor mejor pagado del mundo y lo consiguió.
Para poder aplacar el salario de Dalí, se tomó una libertad en el guión y el emperador cuando viajaba y mantenía reuniones o se reunía con mas gente, era todo el tiempo una “replica” del emperador: un androide representado por una actor que sería lo más parecido a Dali. Así, el verdadero Dalí saldría solo una hora en pantalla.
El problema es que a Dalí le daban arrebatos de genialidad, y a veces quería rodar en el set y otras en el baño. Con tal temperamental actor, Jodorowsky creó un set pequeño, con lo suficiente para mantener a Dali encerrado con lujo de comodidades, además de estar lleno de cámaras.
Pero las exigencias de Dalí no terminarían ahí: sí él iba a ser el emperador, y todo el universo giraba alrededor de él y de su poder, quería mostrar el centro de todo, y esto no iba a ser otra cosa que su ano. Esto es completamente real y no me lo estoy inventado. “¿Entonces cagarás delante de una cámara enfocando a tu ano?” pregunto Jodorwsky, a lo cual el español respondió que por supuesto no. ¿Cómo iba a rodarse eso?
Dan O’Bannon, experto en efectos especiales, se encargaría de dirigir la construcción de un animatronic que replicaría el cuerpo de Dalí, más concretamente su culo, que sentado encima del water imperial diseñado por el propio Dalí, cagaría ante la cámara.
Pero los gasto se habían disparado y aun no se filmaba nada. Entonces los inversores decidieron buscar dinero en Hollywood a modo de co-producción. Pero el guión y los diseños de Dune pasaron por muchos estudios norteamericanos, que consideraron que investir dinero en ese film era muy arriesgado. Mal que mal, el guion incluía a un emperador personificado por Salvador Dali hechando la cagada en cámara.
Era ciencia ficción. Pero no era la del tipo Starwars o 2001: Odisea en el Espacio. Era algo único, era Europeo. Los conceptos de y diseños pasaron por todo Hollywood pero nadie quería arriesgarse. Asi que todo termino después de 5 años. H.R. Giger ardio en rabia. Dan O’Bannon perdió literalmente el juicio y la razón, por lo que tuvo que ser tratado por dos años, por problemas mentales.
Jodorowsky se lo tomó bien dentro de lo que se puede. Llevo todos esos conceptos de los cuales habían renegado en Hollywood y lo traspaso al papel. Más concretamente al comic “El Incal” que tenía arte de Moebius y a su no-secuela: La Casta de los Metabarones (con dibujos de Juan Giménez)
Pero el hecho de que Hollywood viera la preproducción de Dune, trajo un giro interesante. Dan O’Bannon fué contratado para La guerra de las galaxias (1977), para trabajar en los efectos especiales. Muchos personajes de Star Wars, lucen como algunos diseños que hizo Moebius. ¡Qué pequeño es el mundo!.
En 1979 Alien, el octavo pasajero contó con Dan O’bannon. Y encima con diseños de H.R. Giger y Moebius. Todos exDune.
Lo interesante de todo esto, es que a pesar de no concretarse, el Dune de Alejandro Jodorowsky, tiene un lugar como influencias y cambios en la estética de la ciencia ficción. ¿Alien no lo fue en su momento?. Además, Dune (1984) también fue la no-película de David Lynch, el cual reniega de ella e incluso sale bajo un pseudónimo y no con su nombre real. Muchas coincidencias respecto a la obra de Herbert. Muchas.
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